Los productos cosméticos forman parte de nuestra vida diaria, pues los usamos para mantener la higiene personal, o para realzar la belleza, por lo que para asegurar que los ingredientes que contienen todos estos productos no te causen algún daño al momento de usarlos, éstos deben pasar por estudios conocidos como pruebas de seguridad, los cuales se realizan antes de que el producto llegue al mercado, en donde estará al alcance de todos.
Las pruebas de seguridad son importantes debido a que los productos cosméticos entran en contacto con nuestro cuerpo de manera superficial, ya sea en la piel, ojos, uñas, cabello, entre otras partes del cuerpo.
Existen diferentes pruebas de seguridad, entre las cuales, las más comunes son las pruebas de irritación dérmica, irritación ocular y sensibilización dérmica, como su nombre lo indica, estas pruebas miden la irritación o sensibilización que un producto puede provocar cuando entra en contacto con tu piel o tus ojos.
Cabe resaltar, que dependiendo de las características del producto y dónde será aplicado, se determina qué prueba se va a realizar. Por ejemplo, un shampoo se aplica en el cabello, pero también entra en contacto con tu cuero cabelludo, y además puede ocurrir que por un descuido caiga un poco sobre tus ojos cuando lo aplicas; es por esto que a algunos shampoos se les realiza la prueba de irritación ocular además de la prueba de irritación dérmica. Algunos productos de maquillaje pasan por la prueba de irritación ocular, debido a que se aplican muy cerca de tus ojos y pueden entrar en contacto con ellos. Para un sólo producto se puede realizar más de una prueba dependiendo sus características. El resultado de estas pruebas indica si un producto puede salir o no al mercado, por ejemplo, los productos cosméticos para bebés deben cumplir con un índice de irritación primaria muy específico, dado que su piel es mucho más sensible que la de un adulto.
Es importante tomar en cuenta que, si bien estas pruebas nos ayudan a confirmar que los productos son seguros para usarlos, también sirven para determinar si un producto debe contener leyendas precautorias en su etiqueta, a las cuales debemos prestar atención para evitar un efecto no deseado: en muchos productos podemos encontrar la leyenda “evite el contacto con los ojos”, aunque también podemos encontrar algunos shampoos para niños que cuentan con la leyenda “no irrita los ojos” debido a la información obtenida con la prueba de irritación ocular.
Así que ya lo sabes, compra tus productos de cuidado personal dentro del mercado formal, de empresas confiables y comprometidas con tu salud, belleza y bienestar, las cuales realizaron pruebas de seguridad en sus productos antes de lanzarlos al mercado por lo que te garantizarán bienestar al momento de utilizarlos. #CuidaTuBelleza