La piel de los bebés y niñ@s es sumamente delicada, mucho más fina y sensible que la de los adultos.
Durante la temporada de calor, este órgano que es el más grande del cuerpo está expuesto a diversos factores que pueden afectarlo: altas temperaturas, sudoración, exposición solar, insectos, entre otros. Por ello, es fundamental adoptar ciertos cuidados específicos para mantenerla sana, protegida e hidratada.
- Hidratación fundamental de adentro hacia afuera
La hidratación adecuada es clave para mantener la elasticidad y salud de la piel infantil. En épocas de calor, los bebés y niños pierden más líquidos por el sudor, lo que puede llevar a la deshidratación y a una piel reseca. Es importante asegurarse de que tomen líquidos de forma constante. En bebés lactantes, la leche materna debe ofrecerse con mayor frecuencia. Para niños mayores, el agua fresca debe estar siempre disponible.
Además, se recomienda aplicar cremas o lociones hidratantes después del baño, preferiblemente hipoalergénicas, las cuales ayudarán a retener la humedad natural de la piel y a prevenir la aparición de sequedad y sensibilidad. Opta por aquellos productos que estén elaborados a base de proteína de leche, para proteger y suavizar la piel de tu bebé, ideal para aquellos con la piel extra seca.
- Protector solar un escudo esencial
La piel de los niños es más susceptible a los daños causados por la radiación ultravioleta (UV). Aunque lo ideal es evitar la exposición directa al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, si es necesario salir, se deben usar sombreros de ala ancha, gafas de sol (para niños mayores), ropa con filtro UV y protector solar formulado especialmente para bebés y niños.
El protector solar debe tener un factor de protección solar (FPS) mínimo de 50, ser resistente al agua, estar formulado con filtros físicos o minerales, hipoalergénicos; que no contengan PABA (ácido paraaminobenzoico), una sustancia que puede provocar reacciones alérgicas en la piel infantil y si es posible que sea para piel sensible; indicado para la delicada piel de bebés y niños
Debe aplicarse 30 minutos antes de salir al sol y reaplicarse cada 2 o 4 horas, o bien, después de nadar o sudar.
- Higiene y baños adecuados
En temporada de calor, los baños frecuentes ayudan a mantener la piel limpia de sudor, polvo e impurezas. Se recomienda bañar al bebé con agua tibia (nunca fría), durante un tiempo corto y utilizando jabones suaves, sin fragancia ni alcohol. Los baños muy prolongados o con agua caliente pueden resecar la piel.
Usa productos formulados con aceites naturales que hacen más fuerte y saludable el cabello del bebé, dándole brillo y suavidad; es ideal para bebés con cuero cabelludo sensible, o bien, a base de leche de almendras dulces, ayuda a mejorar el aspecto y sensación de suavidad en la piel y el cabello de tu bebé, dejando un dulce aroma.
Después del baño, se debe secar cuidadosamente sin frotar y aplicar la crema hidratante con alguno de estos ingredientes. También es importante cambiar frecuentemente los pañales y mantener seca la zona del pañal para prevenir dermatitis o rozaduras, especialmente si el clima es húmedo.
- El outfit perfecto para esta temporada
Durante la primavera y el verano, la elección de la ropa puede marcar una gran diferencia. Se debe optar por prendas de algodón o lino, ligeras, holgadas y en colores claros. Estos materiales permiten que la piel de tu bebé respire, reduce la acumulación de sudor y previene el roce excesivo en zonas sensibles como axilas, cuello o entrepierna. Además, se deben evitar telas sintéticas que pueden provocarle sensibilidad o reacciones alérgicas en su delicada piel.
- Prevén la sensibilidad en su piel
no de los problemas más comunes en bebés y niños durante el calor es el sarpullido por calor o miliaria. Aparece en forma de pequeños granitos rojos en cuello, espalda, pecho o pliegues del cuerpo. Para prevenirlo, se deben mantener las zonas afectadas frescas y secas, evitar el exceso de abrigo y vestir con ropa ligera que permita la transpiración adecuada.
Si el sarpullido ya ha aparecido, se puede aliviar con baños frescos y secando suavemente la piel. En caso de inflamación o signos de infección, es fundamental consultar con un pediatra.
En temporada de calor es muy común los piquetes de mosco, usa un gel ligero a base de aceites naturales que se aplica después de una picadura de insecto gracias a su sensación refrescante ayuda a disminuir la comezón en la piel.
Cuidar la piel de los bebés y niños en temporada de calor es más que una cuestión estética, es de salud. Adoptar rutinas simples como hidratación adecuada, uso de ropa ligera, aplicación de protector solar, higiene correcta y atención temprana a reacciones sensibles puede prevenir muchas molestias y proteger la piel de los más pequeños durante esta época del año. Estar atentos a sus señales y ofrecerles un ambiente fresco y cómodo es parte del amor con el que se cría.
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