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Guía completa para conocer tu tipo de cabello

¿Sabes realmente cuál es tu tipo de cabello? Muchas veces lo cuidamos con productos que no dan resultados, cambiamos de marca constantemente o seguimos consejos que no funcionan… y todo esto tiene una razón muy simple: no conocemos bien nuestro cabello.

Aunque a simple vista puede parecer lacio, ondulado, rizado o afro, la realidad es que cada textura tiene subtipos específicos, y cada uno necesita cuidados distintos.

Conocer tu tipo de cabello no es sólo un dato más: es la base de una rutina capilar exitosa. No importa si tu objetivo es controlar el frizz, definir rizos, mantener el volumen o cuidar el color; nada de eso será realmente efectivo si no sabes qué necesita tu cabello desde la raíz.

Descubrir tu tipo de cabello es el primer paso hacia una rutina efectiva.

Existen cuatro tipos principales de cabello: lacio (tipo 1), ondulado (tipo 2), rizado (tipo 3) y afro o muy rizado (tipo 4). Pero dentro de cada uno, hay subtipos (A, B y C) que definen aspectos como la forma de la hebra, el grosor, la densidad y el patrón de onda o rizo. Por ejemplo, no es lo mismo un cabello lacio y fino (1A) que uno lacio, grueso y con tendencia al frizz (1C). Lo mismo ocurre con los rizos: un 3A necesita cuidados distintos a un 3C, aunque ambos sean rizados.

Estos matices marcan la diferencia entre una rutina general y una que realmente funcione. Cuando conoces tu tipo de cabello, puedes elegir productos, técnicas y peinados personalizados, y evitar errores comunes como sobrehidratar, aplicar calor excesivo o usar ingredientes que no te benefician.

El deseo de cuidar tu cabello empieza por entenderlo.

Un cabello saludable no se trata sólo de apariencia, sino de bienestar. Saber qué tipo de cabello tienes te ayuda a aceptar y amar tu textura natural, entender sus ciclos, prevenir daños y, sobre todo, cuidar tu melena de forma consciente. Además, te ahorra tiempo, dinero y frustraciones.

Descubre tu tipo de cabello con esta guía práctica, en donde aprenderás a identificar tu tipo y subtipo de cabello con ejemplos claros, señales visuales y descripciones detalladas. Prepárate para transformar tu rutina desde el conocimiento. Tu cabello no necesita más productos, necesita que lo conozcas.

¡Empecemos!

Descubre tu tipo de cabello y cuídalo como se merece.

No todos los cabellos son iguales, y por eso, no todos los productos funcionan igual para todas las personas. Elegir el cuidado adecuado puede marcar la diferencia entre un cabello saludable y uno sin vida. ¿Quieres descubrir qué ingredientes potenciarán la belleza de tu cabello según sus necesidades?

Cabello lacio (tipo 1):

El cabello lacio es muchas veces admirado por su suavidad, facilidad para peinarse y apariencia pulida. Sin embargo, también puede presentar desafíos como la falta de volumen, el exceso de grasa o la dificultad para mantener peinados. No todo el cabello liso es igual: existen subtipos dentro del cabello lacio que determinan su textura, grosor y comportamiento. Conocer tu subtipo es clave para cuidarlo correctamente y elegir productos que realmente te funcionen.

Dentro de los lacios hay subtipos que permiten conocer qué tan lacio eres:

  • Tipo 1A: Lacio muy fino
    Este cabello es completamente recto, sin ondas ni volumen, y suele ser muy suave y sedoso al tacto. Por su textura delgada, tiende a caerse liso sin esfuerzo y puede verse brillante de forma natural. Sin embargo, se engrasa rápidamente y es difícil de moldear o mantener peinados con forma. Para cuidarlo, se recomiendan productos ligeros, como champús clarificantes y sprays voluminizadores sin peso.
  • Tipo 1B: Lacio con algo de cuerpo
    Tiene una textura fina a media, y aunque sigue cayendo recto, puede mostrar una leve curva o movimiento, especialmente en las puntas. Es un poco más fácil de estilizar con calor, y aunque no se engrasa tan rápido como el 1A, también necesita cuidados que equilibren la limpieza con la hidratación ligera. Es ideal usar acondicionadores sin enjuague livianos o mousses suaves para dar textura sin apelmazar.
  • Tipo 1C: Lacio grueso y resistente
    Tiene más volumen natural y, en algunos casos, puede mostrar ondas muy leves, sobre todo cuando hay humedad. A diferencia de los otros subtipos, es más propenso al frizz y menos brillante, debido a su textura más porosa. A pesar de ser liso, puede presentar cierto encrespamiento, por lo que se beneficia de sérums anti-frizz, aceites ligeros y cremas suavizantes.

Aunque el cabello liso suele verse “fácil de manejar”, cada subtipo tiene necesidades distintas. Con los productos y técnicas adecuadas, puedes conseguir más volumen, controlar el exceso de grasa, o suavizar el frizz sin perder movimiento. Cuidar tu tipo de cabello no se trata de cambiarlo, sino de hacerlo lucir en su mejor versión.

Además, al entender tu subtipo, puedes evitar errores comunes como usar productos muy pesados en cabello fino o resecar demasiado el cuero cabelludo con lavados incorrectos.

Cabello ondulado (tipo 2):

El cabello ondulado muchas veces queda en un punto medio entre el cabello liso y el rizado. Por eso, suele ser malinterpretado, maltratado o simplemente descuidado. Sin embargo, entender sus características y reconocer su subtipo puede ayudarte a sacarle el máximo provecho a su textura natural. Cada onda cuenta una historia única, y saber cómo tratarla es el primer paso para lucir un cabello saludable, definido y con movimiento.

El cabello tipo 2 se divide en tres subtipos: 2A, 2B y 2C, y cada uno tiene rasgos muy particulares.

  • Tipo 2A: es el más suave
    Presenta ondas ligeras en forma de «S» desde la mitad hacia las puntas, casi imperceptibles. Tiene poca tendencia al frizz y es fácil de alisar o moldear. Idealmente, se beneficia de productos ligeros, como sprays texturizantes o acondicionadores sin enjuague que no lo sobrecarguen.
  • Tipo 2B: ondas más marcadas
    Muestra ondas más marcadas que nacen cerca de la raíz. Su textura es intermedia, y es más propenso al frizz, especialmente en ambientes húmedos. Requiere mayor definición y control, por lo que productos como cremas moldeadoras o mousses ligeras pueden ayudar a mantener la forma sin apelmazar.
  • Tipo 2C: más grueso y definido
    Sus ondas son profundas, casi rizadas, y suelen tener mucho volumen. Es también el más propenso al frizz. Este tipo de cabello necesita más hidratación y definición, por lo que se recomienda el uso de productos hidratantes y con mayor capacidad de control, como cremas para rizos o geles ligeros.

El cabello ondulado es increíblemente versátil: puedes llevarlo suelto con ondas definidas, alisarlo con facilidad o incluso potenciar los rizos si así lo deseas. Pero para que luzca sano y con forma, es esencial identificar su subtipo y adaptar tu rutina capilar.

Usar productos específicos no sólo mejora la apariencia del cabello, también ayuda a disminuir el frizz, conserva la forma natural y fortalece la fibra capilar. Tu cabello ondulado tiene personalidad propia. ¡Haz que brille!

Cabello rizado (tipo 3)

El cabello rizado es tan único como quien lo lleva. Llamativo, expresivo y lleno de vida, este tipo de cabello no sólo destaca por su forma, también por su personalidad. Sin embargo, muchas personas con rizos aún luchan con el encrespamiento, la sequedad o la falta de definición, simplemente porque no conocen bien su tipo de rizo.

¿Sabías que dentro del cabello rizado existen varios subtipos que determinan qué cuidados necesita? Entender cuál es el tuyo es el primer paso para que tus rizos se vean saludables y definidos todos los días.

El cabello rizado pertenece al tipo 3 y se caracteriza por tener rizos bien definidos, con forma de espiral. Aunque todos los rizos tienen esa curva característica, no todos son iguales. Por eso, se dividen en tres subtipos:

  • Tipo 3A: rizos sueltos y grandes
    Es de forma de espiral abierta. Este tipo de cabello es el más brillante y suave dentro del rango rizado. Tiene una textura fina a media, con buena definición, pero tiende a perderla si se cepilla en seco o se aplica demasiado producto. Es ideal usar cremas ligeras para rizos o mousses que ayuden a mantener el patrón sin apelmazar.
  • Tipo 3B: rizos más cerrados y elásticos
    Los rizos son de tamaño medio, como un resorte. Es un poco más denso y propenso al frizz que el 3A. Requiere una hidratación más profunda y constante para mantener la forma de los rizos y evitar que se resequen. Las cremas hidratantes y los geles con fijación flexible son aliados clave para controlar el volumen sin endurecer los rizos.
  • Tipo 3C: rizos apretados y definidos
    Su textura es más gruesa y densa, y necesita productos ricos en emolientes y humectantes que ayuden a retener la humedad. Tiende a encogerse al secarse (shrinkage) y a perder definición si no se trabaja con productos adecuados. Aquí, los productos con aceites naturales, las cremas hidratantes y los métodos de definición como
    el «finger coiling» o el «shingling» son esenciales.

Cada tipo de rizo tiene sus propias fortalezas, y cuando se cuidan correctamente, pueden ser increíblemente versátiles y hermosos. El cabello rizado tiene un lenguaje propio y cuidarlo no se trata de cambiarlo, sino de entenderlo y potenciarlo.

Usar los productos adecuados según tu subtipo ayuda a mantener la hidratación, controlar el frizz y definir la forma natural de tus rizos sin forzarlos ni ocultarlos.

Además, cuidar tus rizos es también un acto de autoaceptación y expresión. Conocer tu patrón te permite elegir mejor tus rutinas, peinados y tratamientos, haciendo que tu melena trabaje contigo y no en tu contra.

Cabello afro o muy rizado (tipo 4):

El cabello afro o muy rizado es una de las texturas más versátiles y hermosas que existen. Con su forma única, volumen natural y gran personalidad, representa fuerza, cultura y autenticidad. Sin embargo, también es uno de los tipos más incomprendidos, especialmente cuando no se reconoce su estructura y necesidades específicas.

Si sientes que tu cabello necesita más hidratación, definición o que es difícil de manejar, probablemente sólo te hace falta conocer a fondo tu tipo de rizo.

El cabello tipo 4 se caracteriza por rizos muy apretados, densos y con una textura más seca que otros tipos. No es un sólo patrón, sino una gama que va desde rizos en espiral definidos hasta rizos muy compactos o con forma de zigzag.

  • Tipo 4A: forma de espiral pequeña
    Tiene una textura suave y elástica, con una densidad moderada. Aunque necesita hidratación frecuente, suele retener la forma con más facilidad que los otros subtipos del tipo 4. Se beneficia de productos cremosos, como mantecas ligeras, leave-in y cremas para rizos que ayuden a sellar la humedad sin apelmazar.
  • Tipo 4B: forma más angulosa o en “Z”
    Es más seco que el 4A y tiende a encogerse hasta un 70% de su longitud natural. Su textura es esponjosa y más frágil, por lo que necesita productos que aporten hidratación intensa, definición suave y que fortalezcan la fibra capilar. Técnicas como el método LOC (Líquido – Aceite – Crema) funcionan muy bien en este subtipo.
  • Tipo 4C: patrón de rizo menos definido
    Puede parecer sin forma al natural, pero es altamente moldeable. Tiende a ser frágil, con poca retención de humedad y gran encogimiento. Este tipo necesita cuidados constantes, sellado con aceites naturales (como ricino o jojoba), productos súper hidratantes y peinados protectores que ayuden a evitar la manipulación diaria.

El cabello tipo 4 no necesita ser transformado para verse bien. Necesita comprensión, paciencia y productos adecuados. Cuando lo cuidas desde el amor y el conocimiento, responde con fuerza, elasticidad y presencia. Además, su versatilidad es inigualable: puedes llevarlo al natural, en trenzas, twist-outs, afro, o alisarlo ocasionalmente si lo deseas.

Cuidar este tipo de cabello no es complicado cuando entiendes su estructura: es frágil, pero fuerte. Es seco, pero capaz de mantener estilos increíbles. Y sobre todo, es una expresión natural y hermosa de identidad.

Ahora que conoces la importancia de identificar tu tipo y subtipo de cabello, seguramente entiendes por qué muchas rutinas genéricas no dan los resultados esperados. Cuidar el cabello no es cuestión de suerte, es cuestión de información. Y todo comienza por conocer tu textura, tus patrones y tus necesidades reales.

Ya sea que tengas el cabello lacio, ondulado, rizado o afro, tu textura tiene características únicas que merecen atención personalizada. Entender si tu cabello es 1A, 2C, 3B o 4C no es sólo una etiqueta: es la clave para elegir productos adecuados, aplicar técnicas efectivas y lograr un cabello más sano, fuerte y fácil de manejar.

No necesitas cambiar tu cabello pero sí necesitas aprender a escucharlo y cuidarlo según lo que verdaderamente necesita. Aceptar tu tipo de cabello es aceptar una parte de ti. Una vez que entiendas su naturaleza, notarás cómo responde mejor, se vuelve más manejable y refleja salud desde la raíz hasta las puntas.

Consejo de los expertos: Ajusta tu rutina:

  • Revisa los productos que usas.
  • Observa cómo responde tu cabello en su estado natural.
  • Elige fórmulas pensadas para tu textura.
  • Y sobre todo, abraza la belleza de tu cabello tal como es.

Recuerda: un buen cuidado comienza con el conocimiento. Conócelo, cuídalo y deja que tu cabello hable por ti.

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