El cepillado dental es parte esencial de la rutina diaria que a todos nos inculcan desde pequeños y que después de tantos años de hacerlo pues sentimos que dominamos el tema, pero… ¿será verdad? Es importante recordar que la calidad de tu salud oral beneficia o merma tu salud en general, y si mantienes una buena rutina de higiene esta te ayudará a reducir el riesgo de enfermedades y trastornos, por ejemplo, enfermedades respiratorias, estomacales, cardiacas, además de caries, o enfermedades en las encías… todo eso por no llevar un cuidado adecuado.
Para que mantengas una buena salud bucal, estos son las cosas que debes de evitar:
No lavarse los dientes 3 veces al día
Los dentistas recomiendan que el número de veces que comes al día sea el número de veces que debes lavar tus dientes. Recuerda que tu cepillo debe de tener cerdas suaves o medias y tu cepillado realízalo de forma adecuada, pues de esta forma no desgastarás el esmalte de tus dientes y evitarás retraer tus encías. No olvides cepillar tu lengua para eliminar las bacterias y mantener un aliento fresco.
No usar hilo dental
Aunque utilices cepillo y pasta dental, incluso con enjuague bucal, si no terminas tu limpieza con una pasada de hilo dental no estás limpiando al 100% tu dentadura. Un gran beneficio del hilo es que combinado con el cepillado tradicional reduce el riesgo de gingivitis.
Un cepillo inadecuado
Aléjate de los cepillos de cerdas rígidas, prefiere los de cerdas suaves o medias para evitar el daño a la dentina, es decir, evita desgastar el esmalte de los dientes y la recesión de las encías. Al erosionar el esmalte dental incrementamos la sensibilidad al cambio de temperatura y los exponemos a que se manchen con mayor facilidad al contacto con líquidos como el café o los refrescos.
Técnica de cepillado incorrecta
Si tu técnica de cepillado consiste en frotar el cepillo contra los dientes de izquierda a derecha y viceversa horizontalmente ¡lo has estado haciendo mal todos estos años!
Lo que deberías hacer es sostener tu cepillo en un ángulo de 45º y frotar empezando con el cepillo en la encía y haciendo presión suave deslizarlo hacia el diente, es decir, los dientes de arriba los cepillas de la encía hacia abajo y los de abajo de la encía hacia arriba, las muelas además deben frotarse con movimientos circulares sobre ellas.
Algo que no debes olvidar es que, así como cepillas la cara externa de los dientes, también debes hacerlo en la cara interna.
Muy poco tiempo
Muchos piensan que con una pasada rápida basta, pero la realidad es que deberías pasar por lo menos dos minutos cepillando tu dentadura. ¡Tip! Divide tu boca en cuatro áreas: superior derecha, superior izquierda, inferior derecha e inferior izquierda, y destinar por lo menos 30 segundos a cada una de ellas.
No limpiar la lengua
Ahí se acumulan restos de comida y bacterias que causan muy mal olor, para evitarlo pasa el cepillo con un movimiento de “barrido” del fondo hacia el exterior.
Olvidar el enjuague bucal
Es una parte importante del ritual pues se encarga de eliminar los gérmenes de las zonas a las que el cepillo y el hilo no llegan como la lengua, el paladar o las paredes bucales.
No enjuagar el cepillo al terminar
Imagina cuántas bacterias y restos de comida se quedan ahí y pueden causarte una infección, mejor enjuaga bien tu cepillo bajo el chorro de agua y déjalo secar al aire libre. No lo guardes mojado pues podría cultivar bacterias fácilmente.
No reemplazar el cepillo
¿Cuándo fue la última vez que cambiaste tu cepillo? Todo por servir se acaba y a todos nos ha pasado que usamos el mismo cepillo hasta por un año cuando lo ideal es cambiarlo cuando las cerdas comienzan a verse dobladas hacia afuera, normalmente duran como 3 meses.
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