Sabías que el polvo es un básico en los productos de maquillaje, es un cosmético esencial en toda rutina, ya que ayuda a fijar el maquillaje, controlar el brillo y perfeccionar el acabado de la piel.
La pregunta es ¿Cuál formato eliges: polvo suelto o compacto? Todo depende del efecto que busques y de las necesidades de tu piel. Sigue leyendo y conoce las diferencias entre uno y otro, así como la ocasión en la que debes usarlos.
Polvos sueltos: Ligereza y precisión
Sus características principales son:
- Textura: la fórmula de este formato es mucho más ligera y permite un acabado más natural y sutil.
- Cobertura: Generalmente tienen una cobertura baja o transparente.
- Fijación: Ayudan a fijar el maquillaje, especialmente bases líquidas o correctores.
- Aplicación: Se usan con una brocha grande para un acabado difuminado.
- Tip de uso: Ideales para climas cálidos o húmedos, ya que absorben el exceso de grasa y no suelen obstruir los poros debido a su textura fina.
Cuando debes usar un polvo suelto:
Para sellar el maquillaje: Son ideales después de aplicar la base y el corrector, ya que fijan sin añadir peso ni textura extra.
Piel grasa o mixta: Este formato es ideal para el tipo de piel grasa o mixta, ya que ayudan a controlar el exceso de brillo en zonas específicas, como la zona T.
Maquillaje de larga duración: Perfectos para eventos o días largos, ya que prolongan la duración del maquillaje y facilitan el retoque.
Acabado profesional: Son comunes en técnicas como el baking, donde se aplican en capas gruesas en ciertas áreas y se retiran después para una fijación extra.
Polvos compactos: versatilidad y facilidad de uso:
El polvo en formato compacto tiene una fórmula más densa y suele ofrecer mayor cobertura que el polvo suelto. Dentro de sus características principales puedes encontrar:
- Textura: Comprimida, lo que facilita su aplicación rápida y precisa.
- Cobertura: Varía de ligera a media, dependiendo del producto y la cantidad aplicada.
- Acabado: Tienden a dar un look más uniforme y matificado.
- Aplicación: Se usan con una esponja o brocha para retoques rápidos, la mayoría ya tiene su herramienta incluida.
Cuando debes usar un polvo compacto:
Retoques durante el día: Su formato compacto es perfecto para llevar en el bolso y retocar el maquillaje en cualquier momento del día.
Cobertura adicional: Pueden usarse solos para un look ligero o sobre la base para mayor cobertura.
Piel mixta o normal: Funcionan bien para quienes no tienen necesidades extremas de control de brillo.
Practicidad: Son ideales para quienes buscan un maquillaje rápido y fácil de aplicar.
Puedes usar uno o ambos:
¡Un polvo no es mejor que otro! Ambos son una excelente opción para cubrir ciertas necesidades, peeerooo… Es posible combinar ambos ¿sabes cómo hacerlo? Puedes usar polvos sueltos para fijar tu maquillaje en casa y lleva polvos compactos para retoques durante el día.
Considera tu tipo de piel, es decir, si tienes piel grasa, prioriza los polvos sueltos; si tu piel es seca o normal, los compactos pueden ser más cómodos.
Aplica con moderación y usa herramientas adecuadas como brochas, borlas o esponjas para evitar un acabado pesado.
Los polvos sueltos y compactos tienen usos complementarios, y elegir entre ellos depende de tus necesidades diarias. Mientras que los polvos sueltos ofrecen un acabado ligero y profesional, los compactos destacan por su versatilidad y practicidad. ¡Incorpora ambos a tu rutina para obtener lo mejor de cada uno!
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