¿Sabías que los efectos del estrés en tu piel se pueden ver rápidamente?
Pues si… uno de los grandes enemigos de nuestra piel es la ansiedad, pues causa que nuestra piel se vea sin luminosidad, e incluso puede llegar a provocar que te salgan granitos, pero… ¿cuáles son los signos de una piel estresada y fatigada?
Deshidratación y sequedad: de pronto notas que tu piel se ve más seca tras lavarla, la crema que te aplicas se absorbe muy rápido y hasta te pueden aparecer descamaciones en algunas zonas.
Imperfecciones en la piel: la piel se rebela con la aparición de granitos o brotes, a veces porque produce demasiado sebo y otras veces porque deja de producirlo.
Líneas de expresión: el estrés puede llegar a dañar el colágeno y elastina que componen nuestra piel, por lo que se marcan las líneas de expresión, dando lugar a unos rasgos más duros y, en ocasiones, a arrugas que se vuelven definitivas.
Irritaciones, rojeces y sensibilidad: de repente notas que sin causa aparente empiezas a experimentar irritación, sensibilidad o rojeces en tu piel y es que el estrés hace que la piel se vuelva más sensible y reaccione con facilidad, por lo que deberás buscar productos específicos que te ayuden a sobrellevar esta etapa.
Falta de luminosidad: uno de los grandes problemas del estrés es que la piel se ve apagada y sin energía, se queda sin el brillo natural que caracteriza una piel sana, pero no lo permitas busca un buen serum que contrarreste este efecto.
Ojeras marcadas: de hecho, es de los primeros síntomas, las ojeras se hacen más pronunciadas y más oscuras, en ocasiones vienen acompañadas de bolsas e inflamación de la zona. Ármate con un gel o roll-on anti-ojeras y sal del paso.
Controlar el estrés es muy importante para reducir los efectos de la ansiedad, así que acompaña tus productos con otros aliados indispensables como son el ejercicio, llevar una buena alimentación y el uso de productos específicos para limpiar, exfoliar e hidratar correctamente tu piel.
Si notas que tu piel está cansada y fatigada, lo mejor es que utilices productos específicos para cuidarla, por ejemplo un tratamiento que conste de un gel facial, una mascarilla de recuperación nocturna e incluso algún aceite para masajear tu piel.
Te recomendamos buscar tratamientos que tengan una alta concentración de activos antioxidantes para que logres una hidratación profunda y que le devuelvan la vitalidad.
Ahora ya sabes cómo cuidar tu piel del estrés y cuida tu belleza.