¡Que no te engañen, los productos cosméticos no curan enfermedades!

Quizás alguna vez te has preguntado: ¿un cosmético puede proporcionar los mismos beneficios que un medicamento? La respuesta es ¡NO! y a continuación te diremos por qué…

Un producto cosmético es una sustancia o formulación destinada a aplicarse en forma tópica en las diversas partes del cuerpo, es decir, de manera externa. Su función varía desde limpiar, perfumar, proteger, modificar, mantener y corregir aspectos u olores corporales; los productos cosméticos pueden presentarse en distintas formas, pero jamás podrán tratar enfermedades ni ser ingeridos, inhalados, inyectados o implantados.

Por el contrario, un medicamento es todo elemento o mezcla de sustancias de origen natural o sintético que tiene un efecto terapéutico, preventivo o rehabilitatorio que puede diagnosticar, tratar, aliviar y curar enfermedades. Se presenta en forma farmacéutica y se identifica por su actividad farmacológica, características físicas, químicas y biológicas.

Ahora que ya conoces estas diferencias, puedes comprender por qué a los productos cosméticos no se les puede atribuir propiedades o acciones que no poseen o que son propias de los medicamentos, es decir, curativas, afirmaciones falsas o que puedan inducir al error o confundirte con respecto de su clasificación; sin embargo, los productos cosméticos sí pueden ser coadyuvantes o favorecedores en tratamientos médicos, sobre todo dermatológicos. Por ejemplo, un adolescente que por la edad y los cambios hormonales atraviesa por una etapa de brote de puntos negros y espinillas, un especialista en piel o dermatólogo posiblemente pueda recetar un antibiótico para combatirlo o para regular las hormonas y, a su vez, un producto cosmético como un jabón, una crema o un gel puede ser un complemento para ayudar o favorecer visiblemente la disminución de dichas imperfecciones (puntos negros y espinillas), pero no la solución al padecimiento y mucho menos eliminarlas.

Ahora bien, la confusión llega cuando parece que algunos productos pueden satisfacer ambas definiciones. Por ejemplo, un shampoo anticaspa cosmético, cuyo uso previsto es limpiar el cabello y ayudar a disminuir visiblemente el rastro de caspa comparado con un shampoo anticaspa con tratamiento que ya es considerado como un medicamento, tiene un uso más específico para eliminar el hongo de la caspa. En este caso, vale la pena saber qué es lo que deseas lograr con el uso del producto y cuál es el correcto para utilizar; dependerá del grado del padecimiento y, por tanto, identificar si necesitas un cosmético o un medicamento.

Para que puedas diferenciar fácilmente los productos cosméticos de los medicamentos, te recomendamos seguir estos consejos prácticos:

  1. Los productos cosméticos nunca podrán ofrecer acciones propias de los medicamentos, como curar o ser una solución definitiva, regular el peso o combatir la obesidad ni en el nombre, indicaciones, instrucciones para su empleo o publicidad.
  2. Los productos cosméticos son de aplicación tópica, es decir, puestos en contacto con las partes superficiales del cuerpo humano por lo que no podrán ser ingeridos, inhalados, inyectados ni implantados en el cuerpo humano.
  3. La finalidad de los productos cosméticos es limpiar, perfumar, ayudar a modificar su aspecto, proteger, mantener en buen estado o corregir los olores corporales, así como atenuar o prevenir deficiencias o alteraciones en el funcionamiento de la piel sana.
  4. Los productos cosméticos no podrán adelgazar o engrosar partes del cuerpo ni variar las proporciones del mismo de manera permanente.
  5. Los productos cosméticos no podrán contener hormonas, vitaminas y, en general, sustancias con acción terapéutica.

Así que ya lo sabes, recuerda que debes seleccionar adecuadamente los productos cosméticos de acuerdo con las necesidades de tu cuerpo. Cuida tu salud y la de tu familia comprando en el mercado formal de marcas confiables y comprometidas con tu salud, belleza y bienestar.  ¡No te arriesgues!  #CuidaTuBelleza