Cuando un hombre se topa con la noticia de que va a ser papá, la primera pregunta al enterarse, después de la alegría, sentimientos encontrados y la emoción claro está, es: ¿estoy preparado para ser papá? Tu puedes convertirte en un padre ejemplar.
Vaya pregunta, pues puede sonar muy sencilla, pero con ella se disparan miles de incógnitas. Porque ser un buen padre va más allá de proveer las cosas materiales a los niños, significa tomar conciencia de las responsabilidades, significa anteponer los intereses y necesidades de tus hijos ante tus propias necesidades; también serás un ejemplo a seguir para ellos en cada uno de los actos y momentos de tu vida.
¿Has escuchado la frase: «Se necesita ser un verdadero hombre, para ser buen padre.«?, y nada que ver con ser macho o el machismo, sino que para ser un buen padre se debe empezar siendo un hombre íntegro en su totalidad, porque con la llegada de un hijo se asume una gran responsabilidad moral, como lo dijimos antes, no sólo es brindar lo material, sino amor y respeto emocional a esos niños que han llegado a tu familia, pues ellos no alzaron la mano para venir y es ahí donde (como dicen coloquialmente) vas a tomar el toro por los cuernos.
Lo que sí debes dar en exageración es amor, atención, tiempo de calidad, pues justamente eso es lo que les quedará en su mente y su corazón. Enseñar a tu pequeño a trabajar duro, ser disciplinados para así poder alcanzar sus objetivos, y que busquen ser exitosos tanto profesional, personal y emocionalmente, porque lo que siembres como como padre en esos niños se duplicará e incluso se superará.
¡Disfruta el proceso! la paternidad te trae miles de momentos felices, risas, diversión, momentos de alegría incomparables que no cambiarías por nada del mundo, pero también te trae sin duda lágrimas, momentos de desesperación, noches de desvelo, un sinfín preocupaciones horas de correr tras tus hijos; días, meses y años intentar darles lo mejor posible. ¡Un papá hace todo por sus hijos!
Ser papá significa tener la valentía de aceptar lo que tus hijos decidan hacer en su vida, a pesar de que sus sueños no coincidan con los tuyos, tener la audacia de arriesgarte a soltarlos cuando llega el momento en que inicien su propia travesía, sabiendo que se pueden equivocar o tropezar en el camino.
También significa tener la humildad para reconocer sus faltas y el valor de corregirlas para ser un ejemplo vivo de lo que esperas ver en ellos, tener la libertad de expresar tu desacuerdo con sus acciones o decisiones cuando crees que pueden ser perjudiciales para ellos o para los demás, tener la benevolencia para perdonarlos cuando te ofenden o decepcionan y recordar que, en ocasiones, tú también lo has hecho.
Ser papá también es tener la integridad y congruencia para actuar siempre de acuerdo a lo que es correcto, pues tú eres la guía que le mostrará a esos pequeñitos lo que está bien y lo que está mal, así como mantener un equilibrio entre darles una buena estabilidad económica y dar tu tiempo para mostrarles lo mejor de ti para cultivar lo mejor en ellos. Sobre todo, significa tener la sabiduría para reconocer que tu deber no es darles todo para que tus hijos sean felices sino cultivarles las cualidades y los principios que necesitan para poder encontrar su propia felicidad.
Ser padre, sin importar la edad que se tenga, es una experiencia única que permite darle al mundo, a través de un hijo, lo mejor de ti mismo y formar un ser humano de bien.
En pocas palabras la belleza de ser padre es incomparable, disfruta cada etapa que pases con tus hijos, ríe, haz todo lo que quieras hacer con ellos y hazlos sentir como las personas más felices sobre este planeta.